martes, 26 de abril de 2011

La rigidez en el pensar – 3ra nota


Continuando la serie de notas que he escrito sobre las estrategias de quienes tratan de hacer pasar a los escépticos por obtusos de mente obnubilada que no aceptan razones, empiezo la descripción de otro de los sambenitos típicos: el ‘no puedes saberlo’.

Esta descalificación actúa en varios niveles que conviene distinguir, en esta entrada trataré uno de ellos y los restantes en la próxima nota.

No puedes saberlo - Caso 1: Como calificación del emisor

Hay quienes creen que las afirmaciones realizadas requieren de algún conocimiento o virtud que no todas las personas tienen, luego, puede ocurrir que quién emite el mensaje de alguna manera no es apto para hacerlo pues carece de la moral o sabiduría necesarias para hablar al respecto o eventualmente su carácter –debido a la falta de sufrimiento, al exceso de lecturas inconvenientes o a la falta de obediencia, abstinencia o lo que fuera- lo hace poco digno.

Los admiradores de las sociedades secretas y de los saberes reservados -en general los amantes de la moral medieval- tienden a hacer esta relación entre el conocimiento que es posible adquirir y la nobleza o virtudes del receptor.

Obviamente, en la era de las revelaciones, las mismas eran entregadas solo a quienes tenían ciertos méritos que casualmente coincidían con la ideología dominante: solían ser varones, blancos, castos, puros y de la religión apropiada. Unos siglos después, se dio la variante de cambiar “religión” por “partido” ya que hubo quienes pensaron que solo los comunistas o nazis debidamente registrados “podían saber” como era el mundo.

Más prácticos, los griegos conocían este procedimiento de menoscabar o descalificar al mensajero antes de lidiar con los problemas del mensaje y lo describieron como la  falacia ad-hominem descripta en todos los textos de lógica y también acá.

Del mismo condicionamiento –la eventual ineptitud de los que quieren saber o trasmitir- están repletos los aprendizajes de los conocimientos sintéticos o inaccesibles.  Como decía mi viejo profesor del colegio secundario: “la única forma de aprender química es saber química …”

¿Risible? ¡Tal vez, pero mi inepto docente no está solo! Podrán ustedes corroborar que las enseñanzas religiosas están llenas de preceptos referidos al carácter de LA PERSONA que debe aprender o enseñar más que a la lógica o dificultad del objeto de conocimiento, por ejemplo:
-         Solo la fe permite entender
-         El Tao que puedes decir no es el Tao verdadero  

Si tienen ganas de discutir con esta gente, no se los recomiendo, son solo aptos para masoquistas y nada se puede aprender de ellos. 


martes, 19 de abril de 2011

La rigidez en el pensar – 2da nota

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Hace un tiempo que escribí sobre la falacia del ‘punto intermedio o ‘posición equidistante’, hoy me referiré a otro argumento habitualmente usado por quienes defienden lo racionalmente indefendible: se trata del “para mí es así”. Luego, todo lo que argumentes, justifiques o razones solo sería un ejemplo personal de lo que prefieres o  te viene bien.

Dice el refrán que “sobre gustos no hay nada escrito” y no le falta razón, pero hay quienes abusan, pretendiendo que esta libertad –sin duda legítima y valedera en relación a las preferencias individuales- se constituya en un argumento válido a la hora de probar la verdad o falsedad de alguna premisa o de limitar el alcance de una discusión.

- Creyente  : estas equivocado, la enorme mayoría del planeta cree en dios
- Escéptico : si piensas que tener muchos adherentes es una buena razón, tal vez sea hora de que te pases al Islam
- Creyente  : ¿pero porqué habría de hacerlo? ¡si casi todo el mundo es cristiano!
- Escéptico  : Lo son en tu vecindario y en tu país, pero en el mundo definitivamente no
- Creyente  : pero ese es el mundo que a mi me importa
- Escéptico : Está bien que uses el marco de referencia que prefieras para tus elecciones, pero hablaste del planeta, del mundo entero no de tus amigos o de lo que a ti te resulta cercano. Si quieres convencerme a mi o a otros, deberías dar razones generales, objetivas
- Creyente : Para mi son buenas, si no lo son para ti o los otros ese es su problema, allá ellos con su opinión, a mi me alcanzan

Pueden ver miles de ejemplos de razonamientos de este tipo -aquellos en los que los argumentos se identifican con los gustos u opiniones de quién los emite- en muchos comentarios a blogs. Se trata de una variante del relativismo, aplicado ya no solo a los valores, sino también a las proposiciones lógicas que en manos de cierta gente, dejan de ser verdaderas o falsas pasando a ser -acordes o no- a sus preferencias.

Consejo: Así como con los cultores del ‘punto intermedio’ les hice una sugerencia para el caso de que las quieran discutir, ahora les daré otro consejo: con los adeptos al ‘para mi es así’ no pierdan el tiempo, tan solo huyan. 


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martes, 12 de abril de 2011

La rigidez en el pensar – 1ra nota

Esta es la primera de una serie de notas que apuntan a deconstruir una de las acusaciones que frecuentemente escuchamos los escépticos: que somos rígidos o que nuestra mente está cerrada, frases con las que nuestros oponentes suelen caracterizar a quienes pronuncian razones que les resultan difíciles de contestar. Si bien todos los argumentos usados en ese sentido tienen cierto parentesco, los trataré por separado en bien de la concisión.

Empiezo con la refutación de un argumento típico usado para posicionar a los escépticos como estrechos, poco imaginativos, testarudos etc.: se trata del principio del “justo medio”. Seguramente lo han escuchado: “Está mi posición y la tuya, la verdad debe estar en algún lugar entre ambas”¡yo lo escuché en boca de un rabino! ¡Es un pariente cercano del "todos tenemos algo de razón"!

Ahora bien, ¿Porqué debería ser así? ¿Qué justifica esta apelación a la virtud o verdad de una posición intermedia? ¡Ni la lógica proposicional, ni la difusa, ni la dialéctica avalan esta estupidez!.

El prestigio de esta premisa proviene del terreno de la ética –el “justo medio” de Aristóteles o la virtud de quedar equidistante entre el exceso y el defecto- pero se pretende traspasar su efectividad y prestigio al campo de la determinación de la verdad de las afirmaciones.

Hay algunas pocas situaciones en las que existe continuidad y/o existencia de múltiples alternativas en las que, pueden resultar mejores las posiciones alejadas de los extremos, pero esto tampoco es una regla universal ya que por otra parte, en práctica rara vez existen “verdades intermedias”. Esa es otra falacia de argumento: ¡trata de hacer pasar la excepción como regla!

La petición del ‘justo medio’ es algo que suelen usar en nuestra contra cuando perciben que todo está perdido: “no puede ser que tu posición sea un 100% cierta y la nuestra un 100% errada, debes concedernos algo so pena de ser rígido inflexible, intolerante ...”.  
Pese a ser una pavada, como argumento parece razonable y es  convincente: obviamente no hay nadie que lo sepa todo y tampoco podríamos ser tan orgullosos como para pretender que siempre tenemos razón, cuestión que por cierto nunca sonroja a los creyentes en relación a sus verdades reveladas, pero que les parece eficaz a la hora de mellar los argumentos de los escépticos. 

Sugerencia: Si quiere discutir acepte provisoriamente la existencia de un “punto medio” e invite al interlocutor a analizar las características de esta eventual posición equidistante, por ejemplo: 

Tu dices que dios creó el universo y yo que nunca hubo alguna intervención divina. Dime cual es “la perspectiva equidistante” o “justo medio” que mejor refleja la cuestión:  
-  El  big-bang también creó a los dioses
-  El universo está en el punto intermedio entre ser creado y ser increado
-  El universo es increado y dios es un concepto que apareció hace unos miles de años

¡Espero que se diviertan, y nunca lo olviden: No se debe perder tiempo discutiendo con fanáticos, solo hablen con quienes tienen dudas o ganas de entender! 

    

domingo, 3 de abril de 2011

Tras un manto de neblina

El 2 de abril se conmemora en la Argentina el dia del Veterano y de los Caídos en la Guerra en Malvinas, conflicto ocurrido en 1982 cuando un fracasado, impotente e impopular gobierno militar argentino buscó relanzar su prestigio a través de una aventura militar en el sur del Atlántico invadiendo las islas Malvinas, una porción del territorio nacional en poder de Gran Bretaña desde principios del siglo XIX.

La derrota de las fuerzas argentinas fue total y la breve guerra causó centenares de víctimas fatales -en su gran mayoría soldados argentinos- y tuvo consecuencias políticas: El triunvirato militar de turno tuvo que dejar el  poder -hubo elecciones en 1983- y Margaret Thatcher fue re-electa.

Lamentable historia sin duda más relacionada con los mezquinos intereses de los gobernantes que con el interés de los pueblos.

Ahora sorprende la noticia de que grupos de excombatientes -tanto ingleses como argentinos- han solicitado que el monte Longdon en la isla Soledad -un sector en el que se combatió ferozmente- sea declarado “sagrado”.

La intención es que los argentinos puedan dejar cruces y placas recordatorias en honor a los camaradas de armas que murieron en ese lugar e imitando a la placa ya colocada por veteranos de guerra ingleses en la que se recuerda a los muertos de ambos bandos y se pide que “Dios los acompañe y los proteja” y también pide una bendición de “Dios” para “ellos” y “sus familias”.

Nunca entenderé en que consistió la “protección del todopoderoso” desde el punto de vista de quienes murieron lejos de su hogar en una guerra absurda, ni cual es el acompañamiento posterior que el omnipotente hace a las familias dolientes y a los cadáveres … ¡allá ellos con su fe y sus alabanzas!

Lo que me parece un regalo innecesario -solo útil para aumentar la confusión general- es la pretensión de “sacralizar” las muertes, convirtiendo así lo sucedido en una cuestión de culto cuando es lo más profano y reiterado que existe: Un  despliegue de ambiciones humanas, de luchas por el poder y de sociedades que llevan a sus jóvenes a muertes innecesarias e inútiles.

viernes, 1 de abril de 2011

Refuerzos

En estos tiempos inclementes en los que el catolicismo es atacado por el crecimiento de las confesiones evangélicas así como por el aumento de población de los países de confesión islámica y por la proliferación de ateos, incrédulos y apóstatas, la iglesia está recibiendo un regalo inesperado: Grupos de anglicanos están aprovechando el miércoles de ceniza para convertirse, paliando así la sangría de fieles que sufre la iglesia católica apostólica romana.
¿Cuales son las ventajas que perciben estos reformistas para cambiar de bando yendo a parar a la casa de sus antiguos -y no siempre bien amados- enemigos? Al parecer, las motivaciones principales serían : 
- el ODIO A LAS MUJERES o al menos, el rechazo a que ellas desempeñen funciones en la iglesia. 
- su INDIGNACIÓN POR LA EXISTENCIA DE MINISTROS HOMOSEXUALES o la preferencia por ministros eventualmente efebófilos antes que asumidos homosexuales 
- su RECHAZO A LA UNION DE PAREJAS DEL MISMO SEXO o su odio y temor a todo lo que sea LGBT 

Estoy muy lejos de considerar que alguna religión es mejor que otra -para mi son todas igualmente erróneas- pero me dan ganas de bendecir a quienes se quedan en la iglesia anglicana.